A pesar de lo que anuncian muchos proveedores de VPN, las VPN son inútiles (en el mejor de los casos, ineficaces) en:
- Lograr el anonimato.
- Evitar que Google o Facebook recopilen tus datos privados.
- Prevenir la creación de perfiles no deseados por parte de redes sociales o motores de búsqueda.
- Proporcionar mayor seguridad al "trabajar desde casa".
- Proteger tus contraseñas.
- Ocultar la ubicación de tu teléfono móvil (GPS).
- Ayudarte a evitar filtraciones de datos en lo servicios que utilizas en línea.
- Defensa contra “amenazas cibernéticas” y robo de identidad.
No confíes en una VPN para protegerte en ninguno de los escenarios anteriores.
Sin embargo, una VPN de confianza puede ser muy efectiva para:
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Cifrar tus datos para que tu ISP o proveedor de red móvil no pueda vigilar ni registrar tu actividad en línea. Sin una VPN, conexiones HTTPS aún exponen a tu ISP el nombre del dominio o la dirección IP que estás visitando.
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Cifrar tu peticiones de DNS para que tu ISP o proveedor de red móvil no pueda vigilar ni registrar los dominios que visitas.
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Aumentar tu seguridad en redes públicas no fiables al prevenir ataques MITM.
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Ocultar tu dirección IP de los sitios web y servidores a los que te conectas.
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Eludir la censura o bloqueos geográficos en sitios web y contenidos en línea.